Ruidos y Zumbidos
Stapleton por Juanky Punky. La música no tiene fronteras. Al menos no debería tenerlas. La única frontera válida debería ser la que separase “música que nos emociona” y “música que no”. Sin embargo, bien sea por costumbre o por comodidad, los humanos nos empeñamos en poner etiquetas a algo tan etéreo como es la música. Poner etiquetas no tiene por qué ser malo pero en ocasiones utilizamos esas etiquetas como fronteras inamovibles para dividir lo que nos gusta y lo que no… 6 Grados. Seguro que conocéis la teoría de los “6 grados de separación”. Ésa que dice que a dos personas cualesquiera del mundo solo las separan –a lo sumo- seis personas. Siempre se conoce a uno que, a su vez, conoce a otro que finalmente conoce a esa otra persona… Suele funcionar. Bien, pues hoy, desde Ruidos y Zumbidos, vamos a hablar de mi propia experiencia con los “6 grados de separación musical” y cómo saltar de una frontera a otra. De esta forma, os voy a proponer un ecléctico viaje musical (no podía ser de otra forma) hasta encontrarnos a Chris Stapleton, una de las voces más personales de los últimos años. Siempre me fascinaron las coincidencias inconscientes que existían entre dos canciones distintas que me gustaban: sin relación aparente, descubrías a posteriori que ambas canciones compartían tal productor, o eran del mismo compositor, o el guitarrista de una de ellas colaboraba en la otra… ese tipo de coincidencias. Del metal al soul/pop, al country –con parada gótica- y final en el ¿¿country-funky?? ¿Cómo, pues, llegó a toparse este que os habla con la rotunda voz sureña de Chris Stapleton? Bien, este es mi viaje de los seis grados de separación musicales: cierto día de hace unos años estaba escuchando en youtube una selección aleatoria de Linkin Park cuando me surgió esta canción... Sí, ahora es universalmente conocida pero en ese momento Adele todavía no había pegado el bombazo. La versión de Linkin Park ya me hizo darme cuenta de que era una pedazo de canción y, por supuesto, investigué de quién era la original. Y así me topé con ese grandísimo álbum de Adele que es "21". Desde las primeras canciones se notaba que ahí había calidad. Sin embargo, la sorpresa absoluta llegó con los “bonus tracks”. Cuando vi que una cantante de soul (o pop-soul, si os parece mejor) versionaba una canción de The Cure (y nada menos que una del "Disintegration", una de mis debilidades, como bien sabe Alberto Zumbido), dije; aquí hay buen gusto. Y sí, allí estaba, una sentida versión de “Lovesong”.
Pero, curiosamente, no fue esa la canción que más me sorprendió de los “bonus tracks”. Había una especie de blues que me atrapó completamente, una canción que olía a “oldie” añejo, a blues inmemorial que contaba las penurias de un preso desde su celda de la cárcel, “si no hubiese sido por amor”. Ésta de arriba. Fue así cómo descubrí que esa canción no era (todavía) un clásico del blues, sino una versión de un grupo de country bluegrass llamados The SteelDrivers. Buceé en su discografía y me encontré dos auténticas maravillas que os invito a explorar, sus dos primeros álbumes. Ahí, entre banjos y mandolinas, habitaba una voz rotunda, profundísima, muy personal, que empastaba perfectamente con los coros de la violinista (fiddle) y con el resto de la formación. Siempre os recomendaré las versiones “desnudas”, en directo, de esta banda que transmiten una autenticidad absoluta.
Por supuesto, me hice un incondicional de la voz de Stapleton y cuando abandonó la formación (primero para fundar su propio grupo de rock sureño The Jomson Brothers) y mas tarde para establecerse en solitario, le seguí como si hubiese encontrado el alma de Robert Johnson en crossroads. Ahora se hace acompañar de una pequeña banda entre la que se encuentra su mujer (Morgane) a los coros y, una vez más, la conjunción de sus voces emociona como pocas cosas.
Cerrando el círculo. No acaba ahí la pirueta estilística de este viaje. A pesar de su innegable éxito dentro del circuito country como solista y compositor (innumerables canciones compuestas para otros artistas), Chris Stapleton no atravesó completamente la barrera del público mayoritario hasta dar una última vuelta de tuerca. Si ya creíais que no era posible enredar esto más, esta actuación os sacará a muchos de vuestra “zona de confort”… Pertenece a una ceremonia de los CMA de 2015, donde Chris Stapleton interpreta una especie de mash-up con… con… (sí, cuesta decirlo) con Justin Timberlake, donde mezclaron los últimos éxitos de ambos y que tuvo una repercusión mediática considerable. Os pido que la veáis antes de juzgar(me). Bueno, pues ese ha sido mi particular viaje musical por los "seis grados de separación musical". Hemos viajado del rock al soul, del blues al "pop gótico" y del country al funky, pero confío en que esas "etiquetas" os hayan dado igual. Espero que, si no todas, al menos hayáis descubierto/disfrutado de algunas de estas canciones sin fronteras.
PS.: ¿¡Ruidos y Zumbidos hablando de country music!? ¿¿¿Estamos locos??? Pues aunque no haya sido el country uno de nuestros géneros de cabecera, sí que recuerdo que sonase esporádicamente en las ondas de Ruidos y Zumbidos en Radio Arrebato. Recuerdo algún homenaje a Johnny Cash, alguna canción de Kris Kristoferson o Garth Brooks, algún oldie y alguna que otra colaboración entre artistas rock y country… Al fin y al cabo, estaban en nuestro lado de la frontera: canciones que nos emocionaban… Revuelta al ruido
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
AutorFuimos ondas en @RadioArrebatoFM, hoy píldoras sonoras en este blog y en nuestra cuenta @RuidosyZumbidos . Archivos
Octubre 2019
Categorías
Todos
|