Ruidos y Zumbidos
Prince: Placer Culpable, por Juanky Ruido. Ya sé que no es la primera vez que hablamos del genio de Minneapolis. Ya le dedicamos un post hace un año, coincidiendo con el primer aniversario de su muerte (GUITAR PRINCE) y también hablamos de él para nuestro post especial sobre el año 1987 (link) donde Alberto Zumbido ensalzaba su aclamado disco “Sign O’ the Times”. Para que no haya lugar a malentendidos lo aclararé desde el comienzo: Prince siempre ha sido mi “placer culpable”. Quizás ahora seamos todos un poco más abiertos de mentalidad, pero cuando yo empecé a escuchar a Prince, vivía rodeado de rockeros, heavies y otras “tribus” que -como mínimo- ladeaban la cabeza cuando se enteraban de cuanto me emocionaban las canciones del minúsculo genio púrpura (1,53). Y a pesar de ello, el príncipe me atrapó desde el primer momento y no pude evitar comprarme ninguno de sus primeros vinilos hasta que -después de perdonarle muchos “desengaños musicales”- pude desengancharme de mi princemanía a mediados de los noventa, después de pastelones infumables como “The Most Beautiful Girl in the World” y discos absolutamente descafeinados. Porque, señores, Prince Roger Nelson era un genio sin ningún tipo de dudas y un prodigio musical (multi-instrumentista, compositor en variados estilos) -y aquí viene la clave de mi artículo- PERO con una creatividad imparable*. Esa frase que sería un halago perfecto para cualquier artista, aquí se convertía en un problema: Prince se creía tan por encima del bien y del mal que no admitía que nadie le “tosiese” y eso perjudicó gravemente su carrera. Él componía, tocaba todos los instrumentos y se autoproducía y lo hacía además de un modo muy muy prolífico. (Casi) literalmente: hacía canciones como churros. Hubo años que entre composiciones propias y “colaboraciones” para otros artistas sacó hasta 3 discos a la calle. Entre sus composiciones se encontraban temas "de encargo" para The Bangles (Manic Monday) o Chaka Khan (I Feel 4 U); para “productos” de la factoría Minneapolis como The Time, Apollonia 6, Vanity, NPG; por no mencionar las archiconocidas versiones que otros artistas como Sinead o’Connor o Tom Jones hacían de sus canciones .
Y ni aún así era bastante. En más de una ocasión intentó lanzar un disco triple al mercado, a lo que la discográfica se negó con el consabido cabreo de "The Artist" (una de ellas fue la cacareada ocasión en la que Prince se tatuó la palabra “slave”, esclavo, en una entrega de premios y que seguidamente ocasionaría su cambio de nombre a “The Symbol” como protesta…). La discográfica (WARNER) evidentemente no lo permitió porque sabían que ya el “mercado de productos Prince” estaba saturado y fueron de los pocos que se atrevieron a poner en duda la “calidad” de todas las canciones que manufacturaba. Recalco lo de todas las canciones porque es ahí donde radica el problema. Prince se creía un dios musical con el don de la infalibilidad y consideraba que TODAS sus canciones se merecían ser grabadas y publicadas (y diría que hasta premiadas), cuando evidentemente no era así. A lo largo de su carrera nos “coló” no solo canciones infumables, sino discos enteros con muy pocos temas salvables. Ése era su gran talón de Aquiles: que no tenía filtro. En la tan manida comparación con su contrapunto Michael Jackson podemos comprobar que eran dos polos opuestos en muchos aspectos: en su etapa “adulta” Michael Jackson facturó apenas 6 discos de estudio en 21 años de carrera… ¡6 discos!!! ¡Eso era lo que Prince podía publicar en… apenas 2 años! Si nos referimos a composiciones propias, ya no hay color posible (perdón por la broma): de las canciones de dichos álbumes apenas un puñado están firmadas de puño y letra por el “rey del pop” en solitario; y en lo que se refiere a la interpretación musical, es vox populi que Michael Jackson no sabía tocar ningún instrumento, que tenía que silbarles o tarararearles a los músicos lo que querían que tocasen (con una maestría increíble, eso sí, como podéis comprobar en este enlace: link y en el video de abajo), mientras como Prince, como hemos comentado, podía tocar hasta ¡52 instrumentos distintos! (como así hizo en su primer álbum). Cabría preguntarse si, de no haber caído Michael Jackson en las manos de un productor como Quincy Jones, (que entendió como desarrollar su innegable talento musical) no se habría convertido en un simple artista de “repertorio” y no en lo que llegó a ser. Pero volvamos a otro de los conocidos momentos de proliferación musical de Prince: los años ’86-’87 y Sign of the Times: precisamente su disco más ensalzado hoy en día por la crítica generalista fue producto de una situación similar a la del momento “slave”. Prince, en uno de sus conocidos “ataques de megalomanía”, había planeado lanzar tres discos simultáneos, encarnando una personalidad distinta en cada uno de ellos (Camille, Dream Factory y Crystal Ball). Al negarle la discográfica la posibilidad de lanzamiento de un disco triple, Prince -de mala gana- tuvo que realizar una selección del material para dejarlo en un doble. Así, mezcló canciones de Camille (donde Prince cantaba con el falsete que posteriormente utilizaría para el Black Album) con otras de Dream Factory, dejando fuera grandísimos temas como “Crystal Ball” simplemente por el tema de la duración (10 minutos, otra cuestión en la que The Symbol era "especialista"...).
Y no es que Sign Of The Times me parezca un mal disco. En absoluto. No lo es. Nadie puede negar que contiene canciones maravillosas. Pero creo que está algo sobrevalorado (en la misma medida que otros de sus álbumes, y especialmente alguno de los primeros -Dirty Mind, Controversy- me parece que están infravalorados). El tan ensalzado “contenido político o social” de los temas de Sign of the Times ya aparecía en estos álbumes anteriores.
En cuanto a la “experimentación” en el sonido -el otro aspecto que siempre se destaca de Sign O'The Times-, ése es un campo en el que Prince nunca dejó de tratar innovar: desde la “water drums” de su primer álbum hasta el tratamiento de las guitarras o sus coqueteos con el rap en “Gett off”, o la alteración de los tempos de grabación en Camille (grababa las voces a una velocidad más lenta y cuando posteriormente eran reproducidos a velocidad normal, la voz adquiría una textura más aguda). (por cierto, gran trabajo de edición el de este vídeo donde podemos ver una perfecta sincronización entre una actuación en vivo y la grabación en estudio para que veáis la magnificencia de la calidad musical de The Artist) Finalmente, volviendo al conflicto del “slave”, ¿por qué iba una discográfica a aguantar semejante desplante de un artista? Desde un punto de vista monetario, habría sido una excusa perfecta para deshacerse de un contrato altísimo (y muy probablemente no rentable en ese momento). Entonces, ¿por qué WARNER decidió agarrarse al contrato y no soltar a The Artist? Pues muy posiblemente porque confiaban en que a Prince todavía le quedasen varios ases bajo la manga y, en un momento en el que las ventas de discos ya comenzaban a bajar, querían mantenerle esperando que repitiese el bombazo de Purple Rain -o al menos las ventas de Batman- esperando futuros hits (que llegaron) como ese increíble “Sexy M.F.” o “Peach”.
En fin, espero que mi punto de vista haya quedado claro: Prince fue indudablemente un genio musical, uno de los más grandes de la historia de la música, pero su figura habría crecido incluso más si en vez de hacer gala de esa “verborrea musical” (se rumorea que dejo en su casa-estudio de Paisley Park cintas con ¡cientos de canciones sin publicar!) hubiese tenido alguien que le hubiera aconsejado para no publicar ciertos temas totalmente prescindibles para que temas tan acojonantes como éstos no pasasen desapercibidos entre tanto exceso de producción:
Ps.: No necesitaría más argumentos para apoyar la teoría que sustentaba en aquel artículo sobre Guitar Prince, pero desde entonces se han publicado algunos vídeos nuevos interesantes donde el genio purpura demuestra sus dotes a las seis cuerdas. Éste probablemente sea el más notable: a ver quién se atreve a negar la evidencia… Ps2: Sobre los gustos musicales de Prince, un apunte: para comprobar que él no tenía los prejuicios musicales que otros tenían sobre él solo hay que comprobar las versiones que realizaba. Os aseguro que las dos siguientes os sorprenderán muy mucho:
EComo veis, he huido conscientemente de los Greatest Hits y de los temas más conocidos. Espero haberos descubierto algún tema nuevo que no conocieseis y que os haya sorprendido.
Finalmente, como regalo de NAVIDAD, (y por si aún os habéis quedado con ganas de más) os dejo un enlace a uno de los mejores conciertos que dio jamás: El día que Prince se puso totalmente rockero. Para el del Festival de Jazz de Montreaux 2013, donde Prince tocó varias noches, decidió dar un concierto con sus temas más rock junto con su banda, 3rd Eye Blind, y esto es lo que salió... Feliz Disfrute! http://www.dailymotion.com/video/x567u8n Revuelta al ruido
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
AutorFuimos ondas en @RadioArrebatoFM, hoy píldoras sonoras en este blog y en nuestra cuenta @RuidosyZumbidos . Archivos
Octubre 2019
Categorías
Todos
|