Ruidos y Zumbidos
por Juanky Ruido. Todos tenemos cuentas pendientes. Todos. Y este blog naciente está ayudando a cancelar alguna de las mías. Si hace unas semanas tuve que hablar de Black, en el primer aniversario de su muerte, esta semana por el mismo motivo debo hablar de Prince (21 de abril de 2016). No voy a descubrir a nadie la figura de Prince Roger Nelson (y hablo de Prince, el músico; el que quiera oir de "Prince", el personaje, que se vaya al final del artículo...), uno de los artistas más destacados de la década de los 90 y de los primeros años del siglo XXI. Cómo un tímido chico blanco de la Alcarria se ve atrapado por la ecléctica música sexual de un afroamericano de las afueras de Minneapolis es un auténtico misterio, pero pasó. Vaya si sucedió. Oí los primeros acordes de “Little Red Corvette” y no pude evitar comprarme ninguno de los discos del diminuto (1,56) genio púrpura durante tres lustros… Más tarde sí conseguí dejar esa “insana” costumbre y mucha parte de culpa la tuvo el propio Prince. "The Artist" (así le gustaba que le llamasen) tenía lo que podríamos denominar una “verborrea musical” que le obligaba a grabar (e intentar publicar) todo lo que se le pasaba por la cabeza. Y como todos los genios, creía firmemente que TODO lo que hacía era genial cuando –desgraciadamente- eso no era así. En este caso, el hecho de que no tuviese un “productor externo” que le hiciese de filtro, que le dijese “esto es bueno y esto no lo es tanto” le perjudicó enormemente. Pero Prince al no tener esa figura, grababa y grababa y luego además pretendía publicarlo todo. E incluso se cabreaba si -como fue el caso- la discográfica se negaba a editarle un ¡¡¡“séxtuple álbum”!!! Pero, insisto, no vengo a esta tribuna de Ruidos Y Zumbidos a ensalzar al Prince creador de hits, de canciones inolvidables durante más de dos décadas. Ni siquiera a recordaros su abrumador legado como compositor, para si mismo y para una extensa colección de artistas (Bangles, Chaka Khan, The Time, Vanity 6, Martika, Madonna, Sinead 0’Connor…). Entre tanta “eclectia” musical (soul, funky, rap, por supuesto, Pop) SIEMPRE tuvo espacio para el rock. Ojo, y digo siempre: en todos sus primeros álbumes, entre canciones de un funky abiertamente carnal, detrás de portadas sexualmente provocadoras, siempre deslizaba una canción eminentemente rockera ("Bambi", "For You") y nunca abandonó esa esencia rock. ¿No es acaso “Purple Rain” una de las grandes baladas del rock? Y es precisamente esa faceta en la que querría poner el foco en este post: la de Prince como guitarrista porque a mi parecer no nos hemos fijado demasiado en ella. Una figura que quizás se pueda apreciar mejor en sus últimos años, en los cuales declaraba abiertamente su amor por las seis cuerdas (“Guitar”) y donde, con su última formación 3RDEYEGIRL, dejaba fluir su lado más rockero con una estructura clásica de batería, bajo y dos guitarras. Para muestra un botón: en esta no muy antigua actuación en directo podréis apreciar como, en la más pura línea de “guitar duels”, a una sólida interpretación de Donna Grantis él responde con un excelso solo de guitarra, intenso, lleno de matices y que demuestra lo que disfrutaba con ese instrumento. Si después de ver el video anterior todavía quedase alguien indeciso, os presento la prueba definitiva: lo que los ingleses llaman “steal the show” (robar el espectáculo). En el enlace que cierra este post encontraréis una actuación única: un homenaje a The Beatles en el Rock and Roll Hall of Fame donde, acompañando a auténticas superestrellas como Tom Petty, Steve Winwood o Jeff Lynne, el geniecillo de Minneápolis se esconde al comienzo de la canción (simplemente no aparece hasta el minuto 3:30) para cerrar la interpretación con un alucinante solo de guitarra que deja boquiabiertos a esos monstruos musicales. Mejor ver (y escuchar) para luego juzgar. Adoptando la misma pose desafiante que adoptaba él después de demostraciones de este calibre, yo añadiría: “Después de esto: ¿alguna objeción?”
PS.: Respecto a Prince "el personaje", hay mil historias que demuestran que el "Prince of Pop" podía competir en excentricidad con el "King of Pop". Quizás las dos más destacadas son las contadas por Kevin Smith (director de cine independiente, "Clerks", "Buscando a Amy") y por Jimmy Fallon (presentador de un late night americano). El primero narra un surrealista encuentro con Prince en Parsley Park y como presenció a la superestrella pidiéndole a su equipo en plena madrugada que le buscasen un par de camellos (de los de verdad)... ¡en pleno invierno! ¡¡en Minneapolis!! (a dos pasos del polo norte...). La segunda historia, no sólo narrada sino también "interpretada" por el propio Jimmy Fallon, cuenta como Prince le desafió a una surrealista partida de ping-pong donde The Artist no dejaba de hacer sus habituales poses entre punto y punto... (el video aquí https://www.youtube.com/watch?v=o9iVXxFt1Wg , no tiene desperdicio...) Revuelta al ruido
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Octubre 2019
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