Ruidos y Zumbidos
FANGORIA Por Alberto Zumbido Este próximo viernes 15 de septiembre actuarán, creo que por primera vez en Guadalajara capital, Fangoria, dentro del programa de Ferias y Fiestas 2017. ¿Primera vez!!! (Fernando Rojo me corrige, Fangoria tocaron un lunes de Ferias del año 2000 en un Festival organizado por Radio Arrebato, gracias Fred). No me gustaría centrarme, desde luego que no, en la trayectoria previa de Alaska y Nacho. No. Y no es fácil, porque llevamos sus canciones grabadas en el baúl de los recuerdos más recónditos del cerebro, y basta un (imagínense el arranque de cualquier canción e imaginen poner freno a todo lo que viene después ¡Imposible! Cierto). Pero Fangoria son Fangoria, y aunque la nostalgia (droga dura y adictiva) nos engañe, es el proyecto más longevo y productivo del dúo más importante de la cultura pop de nuestro país. Y merece un buen repaso. Pero no les voy a engañar, no les voy a contar todos los pormenores, disco a disco, dimes y diretes, dramas y comedias. Ni lo piensen, se han equivocado de canal. He escogido cuatro momentos de su trayectoria que han sido singulares para mí, y espero poderles trasladar lo que éstos generaron y generan. Porque los bmp de Fangoria son fuerzas centrifugas, que arrastran las piernas, el peroné, las caderas, y lo que es más importante, el cerebro para sentir y el corazón para pensar. “A veces aún bailo bajo la nieve”
La primera etapa de Fangoria, la de Salto Mortal y la trilogía de Vulcano, para mi quedaron grabadas con el albúm Un día cualquiera en Vulcano S.E.P. 1.0 (1992). Esta etapa, la más electrónica, la mas inquieta en la búsqueda de un sonido distintivo, la menos popular. También la más conflictiva con las distintas discográficas (no se percataron del cambio que se avecinaba), nos deja un buen puñado de canciones, pero yo me quedo con algo importante: la búsqueda de una nueva forma de hacer las cosas desde abajo, viniendo desde lo más alto. Fangoria quisieron ser un grupo underground, en la era del Dance. Big Toxic, cómplice de aventuras. Aquí encontramos "Sálvame", "Siempre alrededor", "Hacia la luz", "El dinero no es nuestro dios", que son perfecta continuación de "Hagamos algo superficial y vulgar" y "Salto Mortal", de su primer CD “Salto Mortal” (1991). Al disco en la edición CD se le incluyen 4 remezclas (siempre presentes en todos los trabajos de Fangoria desde el inicio, véanse las sucesivas reediciones, reconstrucciones, que suceden al disco original).
Esta primera trilogía quedaría recopilada en la reedición de 2003 Un día cualquiera en Vulcano (DRO). A los hits mencionados se unen "En la Disneylandia del Amor", "Misterios", " Dios Odia a los cobardes" y "A la felicidad por la electrónica", más que confesional título para el cierre de sus complicados primeros años. Canciones inquietas para vislumbrar un futuro, que en aquellos momentos nunca pensaríamos que les volvería a llevar tan alto.
“Para que el arte sea siempre un placer y nunca un tormento, ponga su dinero donde está el talento”
Después de esta frase poco se puede decir. Está incluida en la carpeta de “Interferencias” (Subterfuge, 1998), el disco en el que recopilaron sus primeras versiones, sí Juanky, versiones para el Club Fan Fatal, el club de fans dirigido por el propio grupo. Aquí se incluyen los canciones editadas para los miembros del club, como regalo de Navidad. No entro en muchos más detalles. Desde la frase recogida en la caratula del disco, su portada (ya de nuestro querido Javier Aramburu), las canciones y las colaboraciones son una auténtica gozada. Fangoria son un radar y un imán, cuando todo el mundo naufraga, los grandes grupos, ellos, se rodean de Iluminados, Le Mans, Doctor Explosión, Family, Terry IV, Heróica, Madelman y no en este disco, pero en grabaciones posteriores de Astrud, La Buena Vida, Los Sencillos. ¿Algún grupo ha sido tal catalizador explosivo de tan grandes canciones?. Pop y electrónica para un cóctel fascinante y fatal.
No puedo decir otra cosa: Este disco es de lo que uno recupera para ponerse las pilas, para reencontrarse con canciones que te hacen bailar, bailar hasta morir, cantar sin miedo a desafinar: “Qué pasara, qué misterio abrá, puede ser mi gran noche!!” ¿Quién puede tener miedo a quedarse soltera? Un discazo!!!
“Hay que ser absolutamente moderno”
Realmente esto es muy seguido, tras “Interferencias” Fangoria inicia una fructífera relación con el sello Subterfuge Récords (aquí editan ediciones muy especiales de discos de Alaska y los Pegamoides y las Canciones de la Bola de Cristal). El sello independiente que siempre ha tenido una visión más comercial en España, y en ese momento 1998 – 1999 desde luego era todo un referente con Dover, Sexy Sadie, Mercromina, etc. Y es en 1999 cuando Fangoria editan Una temporada en el Infierno, su segundo disco, en formato albúm, tras casi 10 años de trayectoria!!
Y esto y no otra cosa, es lo que se produce, un paso de la canción al disco. Aquí predomina el conjunto sobre las canciones (y las hay muy buenas, y algunas mejores todavía). Pero el disco es extraordinario. Publicado en esos momentos de transición que a mí me gustan tanto. Después de toda la explosión del rock independiente en este país con Penelope Trip, Usura, Australian Blonde, El Inquilino Comunista,… nos encontramos que los discos más indiscutibles de la década de los 90 se han editado por un cantaor flamenco, Enrique Morente unido a un grupo de rock, Lagartija Nick, (Omega), Andrés Calamaro (Honestidad Brutal), Chucho (Tejido de Felicidad) y Fangoria. Y sí Los Planetas (Súper 8 y Una Semana en el motor de un autobús) y Surfin' Bichos (Hermanos Carnales). Trayectorias todas cuestionadas por los más heterodoxos. A las que las canciones responden solas y por paquete express. Me centro. Desde el arranque, es una propuesta mayúscula. Bajando los bmp de sus singles iniciales y buscando en el lado más íntimo, tras ¿una temporada en el infierno? Arthur Rimbaud les sirve de guía para entregarnos un disco fantástico, bajo la producción de Carlos Jean. Hoy sigue siendo eso, un viaje interior. A redescubrir sin duda, por aquellos que se quedaron en el lado más festivo y de astracanada del dúo. Cierren los ojos y escuchen.
Podría quedar aquí, pero no sería justo dejar fuera “Naturaleza Muerta” y "Arquitectura Efímera" sus dos siguientes discos, también producidos por Carlos Jean y que conforman la segunda trilogía de Fangoria. Una verdaderamente extraordinaria. Canciones en las que van incrementando los bmp, incrementando intensidad y colocando hits, uno tras otros, en nuestro Jukebox mental de Fangoria “No se que me das” (cuantas veces la habremos bailado, gritado), “Hombres”, “Tremendamente inocente”, "Miro la vida pasar", "La mano en el fuego", "Retorciendo las palabras", "Adios".
Lo efímero, lo muerto y el infierno. Un panorama que visto así, resume sólo una parte de lo visto y escuchado. A estas alturas Fangoria vuelan ya pero que muy alto. Pero sobretodo nos tienen atrapados en esa tela de araña tejida a base de canciones que hablan de lo que sentimos, sufrimos,... aunque lo hagan bailando. Baile inteligente.
"Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada."
Pasan demasiados años hasta llegar a Cuatricromía (2013), su noveno disco. Por el camino, algunas canciones pegadizas, bailables, pero discos irregulares. Y la llegada de la astracanada y la recuperación / revisión de algunos de sus éxitos históricos. No me detendré aquí.
Cuatricromía nos vuelve a deleitar, tanto por la forma como por el fondo. Cuatro colores, cuatro productores, cuatro EP´s, cuatro formas de ver la música por este dúo magnético. Irresistible tentación. Guille Milkyway, abeja reina en La Casa Azul, se encuentra tras los mandos de los cuarto cortes de arranque del disco. Pop electrónico refinado, con textos atinadísimos. Que como es costumbre de la casa: no dan puntada sin hilo. Costura fina. Aquí están los mejores Fangoria. El disco cian. Todo hits imparables. De lo mejor de toda su trayectoria. El disco magenta, nos traslada a la cara más rock´n roll, espacial y marciana del dúo. Tras los mandos sus admirados Sigue Sigue Sputnik. "Tormenta solar perfecta" es la mejor del lote, en el resto las guitarras toman el mando, y las letras vuelven al mundo de la astracanada. Divertido, pero pequeño bajón. Sin embargo para volar, y hacerlo alto, toman el mando Los Pilotos. Disco amarillo. ¿Puede un robot creer un Díos? Con el sonido denso de las canciones, admitamos errores garrafales, sin caer en el peligro del desatino. Las canciones más religiosas, confesionales del disco, en el sonido más innovador para Fangoria. Siempre amantes de Los Planetas se dejan llevar por su parte más electrónica (Banin y Florent). El vuelo podría haber sido el gran batacazo, pero todo lo contrario: el resultado es más que prometedor. Aquí hay futuro. O hubiera podido haberlo de seguir esos pasos. Las últimas cuatro canciones nos ponen el ropaje gótico. Para ello van de la mano de Jon Klein de Siouxie & The Banshees. Viaje al interior, al destino en el que tantos logros han obtenido Alaska y Nacho, y que aquí queda a medio camino, entre un brillante pasado, y unas letras no tan atinadas como suele ser habitual.
PS. Canciones para robots románticos
Podría, debería haberlo dejado ahí. Pero... el último disco de Fangoria generó de nuevo grandes expectativas. La primera canción que escuché "La nostalgia es una droga", cómo me gustó!, cómo me identifiqué con su letra (me ha servido de inspiración para este post, su título y contenido). Luego fueron cayendo los singles. Verdaderos pelotazos. Hits totales. Irrefrenables bailes de robots enamorados!!! Fiestas en el Infierno, y dónde sea necesario. Su sentido más socarrón, divertido, juguetón al servicio de nuestros cuerpos sudorosos en una pista de baile real, imaginaria. Donde quiera que estés. Aquella que ya ha abandonado "Disco Sally" (qué pedazo de canción, juegos de soledad y adiós, ¿qué es sino cuando has dejado de bailar?). Así se abre el disco. Podríamos esperar lo mejor, pero la segunda parte del disco no llega ni de lejos a este nivel, salvo "Iluminados", otro de los singles extraídos, y que abunda en esas canciones que saben llevar de lo ligero a lo épico, y de ahí a la descarga de amor que acelera el corazón. Son únicos, son grandes, y tienen tal colección de canciones que la Fuente de la Niña va a parecer el Castillo de Fuegos Artificiales. Al menos esta pirotecnia no tiene nada de efímera, porque ya sabes dónde se guarda. Ahí...dentro. Revuelta al ruido
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Octubre 2019
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